Convento Nonnberg, en Salzburgo

Convento Nonnberg

Entre la Fortaleza Hohensalzburg y la ciudad vieja de Salzburgo se divisa el que es considerado el convento de mujeres, en funcionamiento continuo, más antiguo en el mundo. Se trata del Convento Nonnberg, famoso por ser el convento en el que Maria von Kutschera de «Sonrisas y lágrimas» era una novicia.

Tiene una historia de 1.200 años. El fundador oficial del convento es San Ruperto, quien nombró a su hermana Erentrudis la abadesa del convento de monjas. Durante siglos, unirse a Nonnberg como una monja era un privilegio para las mujeres nobles, quienes a menudo dotaban al convento. Esto condujo a una extensa colección de objetos preciosos.

El convento consiste en la iglesia de María, el claustro, una sala de columnas, el convento en sí mismo, la cocina y comedor, la antigua abadía, la capilla de San Juan, la capilla de Piedad y un número de edificios más pequeños.

La iglesia, consagrada a la santísima Virgen María en 1009, es la segunda iglesia más antigua de Nuestra Señora en Salzburgo y es una de las iglesias más importantes de la ciudad. Los magníficos frescos conservados de este período están entre las más importantes pinturas murales románicas en Austria. Una pequeña máquina que se alimenta de monedas puede encender la luz para mostrar estas extraordinarias pinturas. La iglesia fue construida entre 1464 y 1506 en estilo gótico tardío después de un incendio que había destruido una buena parte del edificio original en 1423. Sus tres naves son ideales para la reflexión y contiene además una cripta románica con la tumba de San Erentrudis.

Debido a motivos de espacio cuando se construyó el Convento Nonnberg, los claustros están al oeste de la iglesia en lugar de sur, como es el caso normalmente en los conventos.

la Capilla de San Juan se encuentra cerca de la entrada del convento, sirvió de capilla hasta la terminación de su reconstrucción gótica. Un altar de madera tallada de 1498, donado por Wolf Dietrich, se encuentra en su interior.

El convento también posee una serie de objetos vistosos como la silla plegable de la abadesa tallada en marfil y con patas de bronce, un crucifijo de la Catedral que data de 1300, las coronas de las abadesas, esculturas medievales y muchas obras de arte íntimo. Todo esto expuesto en un museo.

Para terminar es recomendable dar una vuelta por el relajante ambiente del cementerio.

La iglesia y el cementerio están abiertos al público. El convento y el museo sólo se han abierto a expertos y estudiosos, y en contadas ocasiones.

Foto Vía: Andrew Bossi



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