Hotel Sofitel Vienna Stephansdom, la nota discordante

La capital austriaca es una ciudad romántica e histórica donde las haya. Muchos recordarán aquellas películas que evocaban el imperio de la entrañable Sissi, y que ha creado un imaginario colectivo donde los años en que reinó la joven monarca se convierten en una especie de estampa bucólica.

Así, para aquellos que quieran rememorar la época imperial, el hotel Sofitel Vienna Stephansdom supondrá un verdadero regalo para los sentidos.  Y no precisamente por su barroquismo, sino porque el contraste de una construcción moderna en tal entorno, realza todavía más su belleza.

Estamos hablando de un edificio de corte vanguardista, construido en acero, vidrio y cemento y diseñado por Jean Nouvel. La ruptura, con el resto de las construcciones palaciegas y con los jardines rococó hacen que el Sofitel Vienna capte la atención de los transeúntes.

El arquitecto Jean Nouvel, ganador del prestigioso premio Pritzker, concibió esta obra como un diálogo de la Viena moderna con la Viena que un día fue testigo de las andanzas de Elizabeth de Baviera. Se trata de un hotel inspirado, en contra de lo que pueda parecer, en un famoso monumento: la catedral de San Esteban. Así, a ambas construcciones tan sólo las separa el Danubio y las dos se erigen, majestuosamente, como auténticos iconos de una época.

En esta obra, Nouvel juega con el monocronismo y la luz: la fachada sur es color gris; la del oeste, negra; la del norte, blanca y la del oeste traslúcida. Las habitaciones del hotel son también un tanto peculiares pues el suelo del techo y las paredes son negras, mientras que el mobiliario es blanco.

El monocronismo de Nouvel rompe con la policromía de la suiza Pipilotti Rist, responsable de la decoración de las coloridas bóvedas estampadas del lobby y del elegante restaurante Le loft.

Otra de las bazas de este hotel chic y sofisticado es el jardín vertical de Patrick Blanc, un muro cubierto con 20 mil especies de plantas que enfatizan la explosión de colores iniciada por Rist en los techos.

Como complemento, cabe imaginar que es un estupendo hotel para personas de negocios, puesto que cuenta con diez salas de reuniones bautizadas con nombres de arquitectos famosos: Le Corbusier, Van der Rohe, Niemeyer, Loos… Por último, el Spa & Wellness Center situado en la quinta planta invita a la comodidad y al confort para hacer aún más placenteros los días que dure la estancia del turista por la capital de Austria.



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Categorias: Hoteles en Austria, Viena


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