Linzer Torte, la tarta de Linz

Linzer Torte

Entrar en una cafetería en Viena o pasar delante de algún escaparate de una pastelería está considerado en Austria deporte de riesgo. Al menos para mí… Aunque en realidad es prácticamente imposible resistirse a la tentación de probar alguna de las delicatessen que en materia de bollos, dulces y tartas nos ofrece la repostería austriaca. No intentéis defenderos que no os sirve de nada…

Ni siquiera si os da por visitar otras ciudades. En Linz pensaba que me podía escapar de la sugerente sombra de estas exquisiteces, pero nada. Imposible. Allí, en el enorme mostrador de una cafetería me estaba esperando un trozo de Linzertorte, la tarta de Linz por antonomasia. Dicen que se suele tomar especialmente en Navidad, pero a mí me cundió (y bastante) en junio.

La tarta de Linz está hecha con harina, mantequilla sin sal, yema de huevo, ralladura de limón, canela, zumo de limón, frutos secos molidos (sobre todo avellana) y cubierta de un relleno de mermelada de grosella en forma de enrejado. ¿Os parece que ante algo así uno pueda resistirse?

Nos contó el dueño de la cafetería que era el pastel por excelencia de la ciudad, una tarta cuya receta data de mediados del siglo XVII, por lo que se cree que posiblemente sea incluso la tarta más antigua del mundo. Lo que no se sabe a ciencia cierta es quién fue su creador ni porqué le dio ese nombre. Nos dejó la receta, eso sí, para que pudiéramos prepararla en casa.

– Ingredientes

  • 150 gramos de mantequilla
  • 250 gramos de harina
  • 150 gramos de azúcar en polvo
  • 100 gramos de avellanas tostadas
  • 1 huevo
  • especias como vainilla, cáscara de limón, canela y clavo en polvo
  • 10 gramos de levadura en polvo
  • 300 gramos de mermelada de grosella

– Elaboración

En primer lugar se amasa la mantequilla con el azúcar y después con la harina, ya mezclada con la levadura, las avellanas, el huevo y las especias. Se deja todo reposar en la nevera un rato y se divide en cuatro partes. Se estira la masa hasta que dejarla con poco más de un centímetro de espesor y se coloca en un molde para tarta. A continuación se reparte la mermelada encima y se hornea durante 40-45 minutos a 190 grados centígrados.

Con la masa resultante se forman rollos para ponerlos sobre la mermelada en forma de rejilla (antes de meter la tarta en el horno)

Y a partir de aquí, a disfrutarla.

Foto Vía These Peas Are Hollow



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