Catedral de Gurk, en Carintia
Cerca de Klagenfurt está el pequeño pueblo de Gurk, un lugar de peregrinación en Carintia. La catedral de Gurk es una de las catedrales más populares de Austria, data del siglo 12 y está llena de los mejores ejemplos de arte religioso, incluyendo el santuario de Hemma, una querida santa austriaca.
La arquitectura de la estructura refleja claramente el alto estilo románico presente en esos tiempos. Incluso, hoy día es considerado como uno de los templos románicos más importantes de Europa.
Gurk está situado en el pintoresco valle del río Gurk, rodeado de colinas con prados y bosques. Muy cerca se encuentra la comunidad de Straßburg con un castillo en el que los Príncipes Obispos de Gurk vivían y desde donde se gobernaba. La primera referencia escrita de Gurk se remonta a 831; religiosamente, la región estaba bajo el control estricto del arzobispo de Salzburgo.
El Santuario de Santa Hemma en Gurk ha sido un destino de peregrinación popular desde el siglo 11. La devoción al lugar sagrado sigue siendo fuerte, sobre todo después de la canonización de Hemma en 1938 y una visita del Papa Juan Pablo II en 1988.
Hemma nació en una familia noble a finales del siglo 10 y creció en la corte del emperador San Enrique II. Luego de unos desafortunados acontecimientos, Hemma decidió dedicar su vida a Dios y comenzó a distribuir su gran herencia generosamente a los pobres y fundó varias casas religiosas. En Gurk, Hemma construyó una iglesia dedicada a la Virgen María, que posteriormente fue ampliada para convertirse en la Catedral de Gurk, un edificio bastante largo con dos torres enormes.
La catedral de Gurk fue construida entre 1140 y 1200 en el sitio de la iglesia de Hemma, y los restos de la santa fueron colocados en la cripta bajo el coro, famosa por sus 100 columnas. Varias adiciones y adornos de la catedral se hicieron en los estilos gótico y barroco, como las bóvedas y frescos góticos, frescos renacentistas e interiores barrocos, tales como altares. Una atracción de especial importancia es el «Gurker Fastentuch», un velo pintado de 1458 cuyas 99 pinturas representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.
Foto Vía: Johann Jaritz