Las torres antiaéreas sobre el horizonte de Viena
Después de una incursión exitosa de la RAF en 1940 sobre la capital alemana de Berlín, un Hitler muy enojado ordenó construir tres enormes torres de fuego antiaéreo para proteger la ciudad, las cuales fueron construidas en tan solo 6 meses. Otras ciudades en el Reich pronto siguieron este ejemplo y hoy en día estos gigantes de concreto y acero siguen dominando el horizonte en algunos lugares.
Viena fue la tercera ciudad, después de Berlín y Hamburgo, donde se construyeron las torres antiaéreas (en alemán Flaktürme). Siempre vienen en pares (una torre ligeramente más pequeña que la otra) y en Viena hay tres pares de ellas, ubicadas en el Augarten, en el Parque de Arenberg y el último par en Esterhazypark y Stiftskaserne. Fueron construidas entre 1943 y 1944 formando un triángulo defensivo, cuyo centro se aproxima a la Catedral de San Esteban.
Construidas de concreto reforzado con acero, se dice que el material utilizado era suficiente para construir un apartamento para todos los ciudadanos de Viena. Fueron, en mayor medida, consideradas invulnerables gracias a sus muros de tres metros y medio de gruesos. La artillería más pesada fue colocada en el techo, mientras que el armamento más ligero fue instalado en balcones.
Pero así como servían para un propósito militar, sus gruesos muros también proporcionaron una gran instalación de refugios antiaéreos para la población. Las torres podían acoger hasta varias miles de personas durante los ataques aéreos.
Al terminar la guerra, las torres fueron rápidamente despojadas de sus armas de fuego y otros materiales valiosos. Mientras que algunas torres antiaéreas en Alemania fueron demolidas con éxito, las de Viena resistieron la destrucción. El Ejército Rojo intentó la demolición de la torre de Augarten, pero sólo lograron una grieta en la parte superior.
Las otras torres se consideraron demasiado cercanas a los edificios circundantes como para permitir una demolición con explosivos. Por lo tanto Viena simplemente fue reconstruida alrededor de las torres, siendo uno de los pocos recordatorios visibles del capítulo más oscuro en la historia de Viena.
Hoy en día algunas de las torres se utilizan para diferentes propósitos. La de Stiftskaserne es utilizada por los militares, la de Esterhazypark alberga un zoológico privado y un acuario, y una de las torres de Arenberg es utilizada por el Museo Austriaco de Artes Aplicadas como depósito. Sin embargo, existe controversia acerca de lo que se debe hacer con las demás.
Esta controversia se ha mantenido durante décadas. Desde 1945 el gobierno de Austria ha examinado más de una docena de planes para la completa reutilización de las torres, pero ninguno ha ido más allá de la mesa de dibujo. Tal como están las cosas, parece que al menos durante las próximas décadas, las torres seguirán siendo en su mayoría como hasta hoy.
Foto Vía: Fiercedragon
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