Memorial del Holocausto de Judenplatz

Memorial del Holocausto de Judenplatz

El Memorial del Holocausto de Judenplatz, también conocido como la Biblioteca sin nombre, es un monumento «en conmemoración de más de 65.000 judíos de Austria, que fueron asesinados por los nazis entre 1938 y 1945», como dice un texto grabado en la base del monumento. Sobre un zócalo de hormigón, están escritos los nombres de los 41 lugares en los que judíos austriacos encontraron la muerte durante el régimen nazi.

Debido a la sensibilidad política y la burocracia del proceso, desde la comisión hasta su inauguración, pasaron cinco años. Finalmente se dio a conocer en el año 2000.

El Memorial del Holocausto de Judenplatz se encuentra en Viena. El propio Judenplatz ha sido un sitio de muchos eventos que forman parte de la historia judía, incluyendo el incendio de una sinagoga durante los pogromos de 1420. Ahora es el hogar de varios lugares de interés judío, que conmemoran el importante papel que jugaron los judíos vieneses en todos los aspectos de la vida urbana, desde la música hasta la medicina, hasta que un reinado de terror comenzara en 1938.

El monumento, diseñado por la artista británica y escultora, Rachel Whiteread, es el interior de una biblioteca. Las paredes de los bloques de piedra están organizadas en orden geométrico y divididas en partes iguales. El lado más largo del bloque tiene 10 partes verticales, el menor tiene 7. La altura del bloque está dividida en 11 partes. Los bloques individuales representan libros. Cada sección individual consta de 20 libros.

El lomo de los libros no son legibles, todos se dan vuelta hacia el interior, por lo que no se pueden ver los títulos de libros; tampoco su contenido. Los estantes parecen ser ocupados por innumerables copias del mismo libro, que representa el número impresionante de las víctimas del Holocausto, así como el concepto común de los judíos como «Pueblo del Libro».

El monumento de hormigón muestra el espacio negativo, que representa la pérdida de conocimiento y contribuciones intelectuales que podrían haber sido hechas por quienes murieron durante el Holocausto.

Parte de la instalación es también una gran puerta doble con los paneles puestos al revés, privados de mangos o perillas y por lo tanto imposible de abrir. La puerta permanecerá cerrada para siempre, dejando inaccesible un espacio vacío. Un vacío horrible, que dejó el exterminio del pueblo judío.

Foto Vía: Hans Peter Schaefer



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