La Biblioteca nacional austriaca, en Viena
En el Palacio de Hofburg -el más grande de la ciudad de Viena– funciona la impresionante Biblioteca nacional austriaca, un verdadero universo de palabras integrado por más de 7 millones y medio de libros. Es tal la cantidad de volúmenes que hace unos seis años se decidió trasladar una parte al Palacio Mollard-Clary, edificio histórico vienés construido en estilo barroco.
Sin exagerar, se puede decir que se trata de una de las biblioteca más hermosas del mundo. Además de los anaqueles con libros, se pueden visitar allí los museos del Papiro, del Globo y del Esperanto, donde se realizan exposiciones permanentes y temporales que muestran al público objetos de los diez departamentos especializados que integran la institución.
El Museo del Globo exhibe más de 570 objetos como globos terrestres, celestes, lunares y todo tipo de instrumentos relacionados con la representación cartográfica, por ejemplo mapas, atlas, instrumentos de topografía, etcétera.
El Museo del Papiro tiene más de 200 piezas en exposición permanente, es decir, apenas una fracción de su colección completa. El recorrido es sorprendente, se pueden observar textos antiquísimos como un Libro de los muertos que data de mediados del segundo milenio antes de Cristo, documentos islámicos escritos en papel en el siglo XIII, entre muchos otros. La mayoría ilustran la vida de las personas que vivieron en el valle del Nilo durante los últimos tres mil años. Aproximadamente cada dos meses, los objetos van rotando para integrar exposiciones temporales temáticas.
Por su parte, el Museo del Esperanto, dispuesto en una superficie interna de 80 metros cuadrados, investiga la curiosa historia del idioma esperanto y la relación -siempre en un estilo moderno- entre el hombre y el lenguaje. A través de tecnología interactiva, los visitante revisan textos, documentos y otros idiomas prediseñados, por ejemplo el Klingon, creado para la serie de televisión Star Trek.
La biblioteca fue fundada por la dinastía de los Habsburgo. En un primer momento llevaba el nombre de Hofbibliothek, pero en la década de 1920 se decidió por el actual, que es más directo y contemporáneo. Una buena cantidad de los libros históricos que allí se encuentran fueron comprados, siglos atrás, por las familias imperiales de Austria, las cuales tenían la posibilidad de viajar. La colección está en constante crecimiento desde la Edad Media.
Foto vía: Vivisel
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