Los encantos de Aldrans

Aldrans

Hoy nos desplazamos hasta Aldrans, un municipio dentro del distrito de Innsbruck-Land, en el Tirol. Un precioso lugar emplazado a una altitud de 760 m sobre el nivel del mar que otorga al turista gran variedad de actividades y paisajes por descubrir, tanto en verano como en invierno.

Pero primero hablemos un poco de sus orígenes. Y es que Aldrans, o mejor dicho las primeras civilizaciones de esta zona del Tirol, vieron la luz a finales de la Edad de Bronce. Esto es sabido debido a los descubrimientos de varios objetos de esta época. Si bien es cierto que no tendríamos constancia de Aldrans, como Alarein, hasta el año 955.

Este municipio fue bastante importante en la historia de la región, y es que era una parte muy importante de la ruta de la sal, por tanto se estableció como un mercado de gran relevancia y paso.

Ubicado en una terraza al sur de Innsbruck, podemos decir que este lugar se escapa del bullicio habitual de la capital. Un remanso de paz y sosiego para todo aquel que lo visita, y tiene la oportunidad de pasear por sus hermosas calles al más puro estilo del Tirol.

La extensa historia del lugar nos deja muestras materializadas en antiguas granjas, lugares legendarios, iglesias llenas de luz e incluso una piedra miliar original. Además, al estar tan cerca de Innsbruck es posible desplazarse, sin mucho problema, y disfrutar también de la vida en la gran ciudad.

Su entorno paisajístico rodeado de bosques y naturaleza lo perfilan como un lugar ideal para realizar diferentes rutas, ya sea a pie, en bici o en caballo.

Quizá una de las rutas más famosas del lugar sea la que nos conduce al molino del diablo (Tuelfelsmühle). En este lugar, según cuentan las leyendas locales, un campesino de Aldrans construyó un precioso molino con la ayuda del diablo. Al parecer, el pobre hombre no tenía mucho dinero, con lo cual firmó un pacto con el mismísimo demonio en el que canjearía su propia alma.

El aldeano accedió, eso sí, con una condición… el diablo debería construir el molino en esa misma noche, justo antes de que el gallo cantara en la mañana. No obstante, el diablo confió demasiado en su velocidad y habilidad. Cuando fue a por la gran muela que terminaría el molino, la cual estaba en el valle del río Inn, escuchó el primer cantar del gallo. Enfadado tiró dicha muela al valle rompiéndola en mil pedazos. Finalmente el campesino había ganado y decidió poner a su nuevo molino el nombre de Teufelsmühle, el molino del diablo.

Esta es sólo una muestra de las rutas que se pueden realizar, así como de las extensas historias locales que encontraremos en cada rincón del municipio. Una estancia encantadora que nos otorgará una experiencia inolvidable.

– Información práctica para viajar a Innsbruck

Foto vía: tirol.tl



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